martes, 8 de junio de 2010

TrAbAjO GrUPaL --> Salud Mental



Para cambiar un poco de tema, voy a tratar en esta entrada el recorrido que mi grupo ha seguido durante el cuatrimestre para realizar nuestro trabajo sobre salud mental. Ya os comenté en alguna entrada anterior lo difícil que se nos hizo empezar a trabajar… Siempre ocurre lo mismo, empezar es lo más complicado, una vez que empiezas, ya todo viene rodado…

Habíamos estado investigando el papel del educador social en este ámbito de los trastornos alimenticios, sin muchos resultados, habíamos acudido a una entrevista con una psicóloga de un gabinete llamado Alpha, que nos había explicado la intervención este tipo de pacientes y la inexistencia del rol del educado social en este tipo de intervenciones. Acudimos a una segunda tutoría, para plantear las dudas que nos surgían a medida que nos adentrábamos más en la investigación, y acabamos encontrando un poco de luz tras atender a los consejos de nuestro profesor Hermosilla.

Aquí nos quedamos la última vez… Continúo pues donde me quedé…

Como ya he comentado más arriba, comenzar nos resultó muy difícil, pero una vez que terminamos nuestra búsqueda documental y nos habíamos empapado de toda la información existente, comenzar a redactar nos resultó más fácil de lo que pensábamos. Comenzamos a dividirnos apartados, a dar forma a nuestro trabajo y a que las quedadas que hacíamos fueran productivas (las tres primeras fueron un desastre en las que no fuimos capaces de redactar ni una hoja). Así fue, creo yo, cuando empezamos a consolidarnos como grupo, a adquirir cada uno de nosotros un rol, e incluso a tomar un lugar de encuentro común: mi casa. Todos los viernes por la mañana temprano quedábamos en mi casa, que siempre estaba vacía, y comenzábamos a trabajar. Nos dividíamos los puntos y los apartados, y conseguimos crear un índice de trabajo con el cual todos estábamos de acuerdo. Uno se encargaba de la legislación, otro de la iniciativa social, otro de la parte histórica… y así hasta ir acabando puntos y empezando otros.

Nos dimos cuenta cuando llegamos al apartado de intervención, que esa visita al gabinete psicológico Alpha no había sido suficiente para entender perfectamente como trataban a las personas anoréxicas y bulímicas. Por ello, empezamos a movernos, y a través de un contacto de Ana (la madre de un amigo era enfermera en el área de salud mental del hospital de la Macarena) pudimos introducirnos y conocer un recurso público. Ana, tras muchas visitas al hospital que no habían tenido fruto, consiguió una entrevista con la psicóloga del departamento. Fue realmente interesante lo que nos contó sobre los enfermos de allí…

Volvíamos a sumergirnos en mil dudas, ya que lo que nos contó la psicóloga no se correspondía totalmente con lo que nosotros habíamos expuesto en el trabajo. Primero, nos impactó que nos dijese que el trabajador social no tenía ningún papel en la intervención con este tipo de enfermos, ya que eran personas con familias muy bien estructuradas y sin problemas (primer golpe que nos llevamos). La familia, según nuestra visión, era un aspecto primordial en la intervención… Por supuesto, el educador social no intervenía, ni siquiera existía… Y por otro lado, la psicóloga nos contó que con los anoréxicos y bulímicos, el tratamiento corría a cargo principalmente de los enfermeros… En definitiva, todo lo que nos contaba no tenía sentido para nosotros.

A estas alturas, empezamos a agobiarnos, hasta que nos dimos cuenta que la intervención que se realizaba en el hospital no era adecuada. Nosotros no estábamos equivocados… Habíamos detectado muchas necesidades que la cobertura pública del hospital no satisfacía. Era necesaria la intervención con la familia, era necesario el papel del educador social a la par que la de otros profesionales que no existían en este ámbito. Realmente, la intervención con las personas con trastornos alimenticios dejaba mucho que desear. Por ello, sacamos la conclusión más grande que creo hemos obtenido de este trabajo: no se cuentan con los recursos necesarios para tratar esta problemática, pero en ninguno de sus aspectos. Ni en la prevención, ni en la intervención ni en el seguimiento…

La anorexia y la bulimia son enfermedades poco reconocidas en nuestra sociedad, y me atrevería a decir que casi aceptadas y normalizadas. Cual fue mi sorpresa al descubrir esas páginas en pro de este tipo de enfermedades… Era mayor el movimiento asociativo en defensa de la anorexia y la bulimia que el tejido asociativo en pro de la prevención de las mismas. Voy a dejar aquí los enlaces de estas páginas, porque realmente ponen los pelos de punta ver en auge una verdadera cultura, una sociedad de los trastornos alimenticios.

http://proanagirl.blogspot.com/
http://pro-anaymia.blogspot.com/
http://ana-princess-love.blogspot.com/

He aquí tres enlaces, de los muchos existentes de este movimiento del que hablo.

Siempre he pensado que soy capaz de aceptar todo… Incluso, cuando era más joven (y posiblemente más ignorante) me daba palmaditas en la espalda a mí misma por defender la libertad absoluta que cada persona tenía de poder hacer con su vida lo que le apeteciera. Incluso podía entender a aquellas personas que pensaran en el suicidio… Si tu vida te pertenece, te pertenece por tanto el derecho a no quererla… Siempre he defendido la libertad por encima de cualquier otra cosa… Y debo admitir, pese a ir en contra de mis propias convicciones, que en muchas ocasiones me equivocaba. Porque detrás de un suicidio, detrás de dejar de comer… no existe libertad, sino posiblemente miedo, dolor, soledad… Posiblemente existe la llamada ahogada de miles de personas que gritan en silencio pidiendo ayuda… Hubo un tiempo en que yo, tan liberal, tan a favor de los derechos, confundía libertad con otros términos, y creía en una libertad con una definición demasiado orgánica. Hubo un tiempo, en que no lograba ver que este tipo de personas, no son libres, sino todo lo contrario, esclavas de su cuerpo, de sus miedos, de su soledad… Esclavas de un algo que aún no llego a comprender… Pero esclavas, a fin de cuentas, de algo muy lejano a mi tan defendida libertad…

1 comentario:

  1. Excelentes reflexiones sobre el trabajo realizado y su temática. Qué pena que te prodigues tan poco.

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