Y llegamos a las dos últimas exposiciones del cuatrimestre… parece mentira que haya conseguido llegar hasta el presente, y terminar de esta forma el blog. En esta entrada, voy a tratar estas dos exposiciones, y a la par voy a realizar una pequeña reflexión de despedida… Una casi-inadaptada como yo merece explayarse en su última entrada.
Las exposiciones del último día trataron sobre dos temas: el primero las personas sin hogar, del cual no comentare nada debido a que es un tema sobre el que ya he hablado en este blog, y la otra exposición trataba sobre la prostitución, un tema que se me presenta terriblemente interesante y novedoso.
En cuanto a esta segunda, mis compañeros expusieron el tema de la prostitución de una manera dinámica y participativa, lo cual siempre se agradece. Se empezó la exposición con un debate sobre la desadaptación o no de este tipo de personas. Tras esto, el grupo expuso un video que simulaba “callejeros” sobre la teórica de este colectivo.
La prostitución es un tema bastante complejo en mi opinión, un arma de doble filo que hay que tratar con sumo cuidado. Cuando pensamos en personas prostitutas, pensamos en mujeres, y además normalmente inmigrantes. Hay que tener en cuenta que no solo nos encontramos con este perfil, aunque evidentemente sea el más numeroso. Existen multitud de definiciones sobre prostitución, todas relacionadas con lo económico y que desembocan en marginación o desadaptación. ¿Son estas personas realmente desadaptadas? ¿La prostitución produce exclusión? Es difícil contestar a estas preguntas…
Posiblemente, dependiendo de la ética y moral de cada uno, de nuestra forma de pensar y nuestra ideología, la respuesta a estas preguntas sea diversa. En mi opinión, me encuentro totalmente a favor de la prostitución, siempre y cuando esta sea reglada y porque realmente se quiera ejercer. La prostitución es una práctica muy antigua, arraigada en casi todas las sociedades actuales. Existen diversas clases de prostitución, y diversas formas de tratarla. Estoy a favor de que la prostitución se legalice, y que el Gobierno posea un mayor control sobre estas prácticas. Solo así se evitaría los graves problemas que existen hoy día relacionados con esta realidad.
El problema, lo que genera desadaptación, no es la prostitución en sí, sino la manera como se trata en nuestra sociedad. Miedo, mentiras, desilusión, obligación… son palabras relacionadas con este tipo de practicas. Y no debería ser así, una persona debería ser libre de vender su cuerpo, libre… Y he aquí la cuestión del conflicto… La mayor parte de personas dedicadas a la prostitución no han sido libres, no han decidido acabar en esa profesión. Ese es el verdadero problema. Sin embargo, sigo pensando en esta práctica como totalmente sana, siempre y cuando, repito, sea de manera voluntaria.
Todo lo que empieza… un día acaba… Al igual que este blog, al igual que todas las cosas buenas, al igual que todas las malas… Todo comienzo, tiene un desenlace. También existe otro dicho… Lo que mal empieza, mal acaba… En este no estoy de acuerdo. Recordaréis como comencé este blog, hace seis meses, a prisas y corriendo, con entradas bíblicas donde yo misma me perdía entre mil palabras que me hacían sentir más inadaptada todavía, pues no llevaban a ninguna parte y no transmitían mucho… No es que ahora, meses después, vuelva a sentirme más adaptada (lo mío es inadaptación crónica), pero sin embargo, siento que poco a poco este blog, al igual que yo misma, ha ido tomando un poco de rumbo y ordenando las palabras y las ideas.
El final de algo siempre es triste… Cerrar un capítulo, un instante o un blog en nuestra vida, cerrar en definitiva, es triste y duele. En mayor o menor medida duele. No voy a decir que me duela cerrar este blog, pero sí me duele lo que ello conlleva, lo que significa. El final de una etapa de mi vida, aquí, en Sevilla, en la Universidad Pablo de Olavide (cuántas veces habré escrito este nombre), entre asignaturas y compañeros, entre amigos y profesores… Eso es lo que duele. Cierro este capítulo de mi vida debido a una Erasmus que aún no estoy segura de querer aceptar, pero que a pesar de todo he aceptado. Una Erasmus que me roba todo lo que tengo aquí, yo, una casi-inadaptada, que aunque a veces se equivoque pensando que no tiene mucho, es más rica que el más rico de los millonarios.
Sin embargo, por ser como soy, por ser una casi-inadaptada, y buscar sentirme más llena aún de lo que me siento, decido partir… y por ello, posiblemente, este sea el último blog que realice.
Yo, que adoro las palabras por encima de cualquier cosa, debo pedir perdón por no haber dado más de mí a lo largo de este último año, tanto en el blog como en otros aspectos de mi vida, y pido perdón por no aprovechar esta oportunidad de ser evaluada con una herramienta cuyo valor lo da la palabra, lo que más adoro. También pido perdón por no aprovechar la oportunidad de ser más yo en esta tierra, Sevilla, que aunque no es mía, la siento como tal y por no aprovechar la oportunidad de ser evaluada exactamente por ello, por ser yo aquí.
Debo parar de soltar palabras, incomprensibles para muchos, demasiado exactas para mí. Me despido pues deseando un gran verano a todos aquellos que han leído mi blog, y también a todos aquellos que no. ¿Un gran verano? Un deseo demasiado poco ambicioso… Deseando, pues, que paséis una gran vida, que tengáis en vuestra vida la posibilidad de ser evaluados por vuestra palabra, como en este blog, y también deseo que siempre seáis vosotros, inadaptados, desadaptados, adaptados o excluidos, no importa, con una moral y una ética propia, con unas ideas y unos valores, pero siempre, por encima de todo, vosotros…
martes, 15 de junio de 2010
Salud Mental y Personas Sin Hogar [!!!!!!!]
Y llegó el día de mi exposición… tan sólo a unos días de la finalización del cuatrimestre, mi grupo, encargado de exponer sobre salud mental, y otro grupo, encargado de exponer sobre personas sin hogar, se enfrentaron al temor y el miedo de volcar todo el trabajo realizado durante varios meses a la clase. Empezaré por mi exposición.
Creo que si algo he mejorado de mi misma en estos tres años, es el control sobre mi cuerpo, e incluso podría decir sobre mis sentimientos. La primera vez que hace tres años tuve que ponerme delante de 40 personas y exponer un trabajo, el día anterior no dormí, y el mismo día de la exposición vomité. Muy bonito… Siempre he tenido horror a colocarme en público… Demasiado tímida… Recuerdo cuando mi profesor de religión en 4º de Eso me decía: “tú no eres tímida, eres una gran orgullosa, porque detrás de la timidez, se esconde el orgullo”. Creo que ahora, tras algunos años de experiencia, he conseguido vencer mi tremendo orgullo, y aunque aún sigo poniéndome nerviosa, corriendo más de la cuenta al hablar, sudándome las manos o teniendo náuseas, he aprendido a controlarlo, y conseguir hacerlo lo mejor posible. No hay nada que, con esfuerzo, no se pueda conseguir…
En definitiva, nos habíamos preparado tanto el trabajo que no se si realmente hemos conseguido exponer y transmitir todo lo que queríamos y teníamos planteado, pero sinceramente haya sido o no así, me encuentro muy orgullosa de nuestro trabajo y especialmente de mi grupo. Hemos sabido priorizar en todo momento, vencer obstáculos, malos humores, días cansados, hemos sabido aprovechar cada momento, y desaprovecharlo cuando podíamos darnos el gusto, hemos aprendido a escucharnos en el proceso, y también a saber callarnos cuando era necesario los unos a los otros… Creo que hemos conseguido aprender muchísimo sobre el tema escogido, pero también hemos aprendido los unos de los otros, y además, y esto lo considero importantísimo, hemos logrado realizar el trabajo disfrutando del mismo.
Por ello, no se como habrá sido nuestra exposición desde fuera (es mucho más fácil criticar algo cuando no se está dentro), pero sí se como ha sido desde el alma del grupo, desde el corazón del trabajo, y puedo decir que, contra todo pronóstico, pues cada miembro del grupo era muy diferente, ha sido un trabajo muy provechoso, y del cual guardo un buen recuerdo. Tras esto solo espero que la exposición, haya logrado transmitir lo que deseábamos, o al menos un poco… Si ha sido así, mis compañeros y yo nos damos por satisfechos.
En cuanto a la segunda exposición, las personas sin hogar, me ha resultado un tema muy interesante y la forma de trasmitir los conocimientos bastante dinámica.
Comenzaron poniéndonos un video musical de Michael Jackson, y luego ya se dedicaron a realizar una introducción más teórica, explicándonos conceptos, perfiles de personas sin hogar, causas de esa situación… Evidentemente no existe un perfil único de persona sin hogar… Si pensamos en esto, realmente da mucho miedo pensar que cualquier persona puede llegar a esta situación. Muchas pueden ser las circunstancias que pueden llevarnos a perderlo todo, incluso nuestra propia identidad, y es duro pensar que pueda pasarno a nosotros. Nunca nadie piensa que pueda ocurrirle nada malo… Es la ignorancia de los humanos, una ignorancia necesaria para poder vivir sin miedo…
Me pareció interesante que sacaran a Migue, un compañero, para que explicara un poco su experiencia dentro de una asociación que se dedica a tratar a este tipo de personas. En el tema de personas sin hogar, y centrándonos en los recursos, se me viene un debate bastante interesante a la mente… En un momento de la exposición, se habló de dos maneras de ayudar a estas personas. Se habló de Cáritas, que utiliza un modelo de ayuda muy asistencialista, y Migue expuso la ideología de su asociación, menos asistencialista y más dedicada a dar apoyo moral a este tipo de personas. Esta doble vertiente creó en mí una gran reflexión… ¿Qué es lo mejor?
Sinceramente, a lo largo de la carrera varios profesores me han tachado de asistencialista, y no como una alabanza sino todo lo contrario. Y sí, lo reconozco, posiblemente lo sea. Últimamente el asistencialismo es considerado como poco conveniente y simple paliativo que, en la mayoría de los casos, no lleva a la solución de los problemas sociales de los individuos o grupos más necesitados de la sociedad. Posiblemente tiene razón…
“No le regales un pez, enséñale a pescar”, decía Gandhi. Totalmente de acuerdo, pero lo cierto es que es muy fácil criticar el asistencialismo y defender otros modelos de ayuda, cuando la verdad, la cruda realidad, es que para pescar hace falta una caña, un cebo, mar o río cerca, fuego para cocinar el pescado… En definitiva, aprender el arte de pescar… Posiblemente cuando ya haya pescado el pez, se ha muerto de hambre…
No estoy segura de conseguir llevaros al planteamiento que pretendo haceros entender… Y no quiero que mis palabras se malinterpreten. Lo cierto es que yo priorizo, y posiblemente una persona sin hogar prefiera una manta, porque se está congelando de frío, a que te acerques y hables con él, que evidentemente también. Tal vez la solución sería darle un pescado, mientras le enseño a pescar…
Madre mía… Posiblemente si que sea una asistencialista en toda regla… Sin embargo, aunque se que no es lo más conveniente, y que posiblemente crea personas dependientes, en la sociedad en que vivimos la independencia, la libertad y la autonomía, son aspectos muy caros que, desgraciadamente, no todo el mundo se puede permitir…
Creo que si algo he mejorado de mi misma en estos tres años, es el control sobre mi cuerpo, e incluso podría decir sobre mis sentimientos. La primera vez que hace tres años tuve que ponerme delante de 40 personas y exponer un trabajo, el día anterior no dormí, y el mismo día de la exposición vomité. Muy bonito… Siempre he tenido horror a colocarme en público… Demasiado tímida… Recuerdo cuando mi profesor de religión en 4º de Eso me decía: “tú no eres tímida, eres una gran orgullosa, porque detrás de la timidez, se esconde el orgullo”. Creo que ahora, tras algunos años de experiencia, he conseguido vencer mi tremendo orgullo, y aunque aún sigo poniéndome nerviosa, corriendo más de la cuenta al hablar, sudándome las manos o teniendo náuseas, he aprendido a controlarlo, y conseguir hacerlo lo mejor posible. No hay nada que, con esfuerzo, no se pueda conseguir…
En definitiva, nos habíamos preparado tanto el trabajo que no se si realmente hemos conseguido exponer y transmitir todo lo que queríamos y teníamos planteado, pero sinceramente haya sido o no así, me encuentro muy orgullosa de nuestro trabajo y especialmente de mi grupo. Hemos sabido priorizar en todo momento, vencer obstáculos, malos humores, días cansados, hemos sabido aprovechar cada momento, y desaprovecharlo cuando podíamos darnos el gusto, hemos aprendido a escucharnos en el proceso, y también a saber callarnos cuando era necesario los unos a los otros… Creo que hemos conseguido aprender muchísimo sobre el tema escogido, pero también hemos aprendido los unos de los otros, y además, y esto lo considero importantísimo, hemos logrado realizar el trabajo disfrutando del mismo.
Por ello, no se como habrá sido nuestra exposición desde fuera (es mucho más fácil criticar algo cuando no se está dentro), pero sí se como ha sido desde el alma del grupo, desde el corazón del trabajo, y puedo decir que, contra todo pronóstico, pues cada miembro del grupo era muy diferente, ha sido un trabajo muy provechoso, y del cual guardo un buen recuerdo. Tras esto solo espero que la exposición, haya logrado transmitir lo que deseábamos, o al menos un poco… Si ha sido así, mis compañeros y yo nos damos por satisfechos.
En cuanto a la segunda exposición, las personas sin hogar, me ha resultado un tema muy interesante y la forma de trasmitir los conocimientos bastante dinámica.
Comenzaron poniéndonos un video musical de Michael Jackson, y luego ya se dedicaron a realizar una introducción más teórica, explicándonos conceptos, perfiles de personas sin hogar, causas de esa situación… Evidentemente no existe un perfil único de persona sin hogar… Si pensamos en esto, realmente da mucho miedo pensar que cualquier persona puede llegar a esta situación. Muchas pueden ser las circunstancias que pueden llevarnos a perderlo todo, incluso nuestra propia identidad, y es duro pensar que pueda pasarno a nosotros. Nunca nadie piensa que pueda ocurrirle nada malo… Es la ignorancia de los humanos, una ignorancia necesaria para poder vivir sin miedo…
Me pareció interesante que sacaran a Migue, un compañero, para que explicara un poco su experiencia dentro de una asociación que se dedica a tratar a este tipo de personas. En el tema de personas sin hogar, y centrándonos en los recursos, se me viene un debate bastante interesante a la mente… En un momento de la exposición, se habló de dos maneras de ayudar a estas personas. Se habló de Cáritas, que utiliza un modelo de ayuda muy asistencialista, y Migue expuso la ideología de su asociación, menos asistencialista y más dedicada a dar apoyo moral a este tipo de personas. Esta doble vertiente creó en mí una gran reflexión… ¿Qué es lo mejor?
Sinceramente, a lo largo de la carrera varios profesores me han tachado de asistencialista, y no como una alabanza sino todo lo contrario. Y sí, lo reconozco, posiblemente lo sea. Últimamente el asistencialismo es considerado como poco conveniente y simple paliativo que, en la mayoría de los casos, no lleva a la solución de los problemas sociales de los individuos o grupos más necesitados de la sociedad. Posiblemente tiene razón…
“No le regales un pez, enséñale a pescar”, decía Gandhi. Totalmente de acuerdo, pero lo cierto es que es muy fácil criticar el asistencialismo y defender otros modelos de ayuda, cuando la verdad, la cruda realidad, es que para pescar hace falta una caña, un cebo, mar o río cerca, fuego para cocinar el pescado… En definitiva, aprender el arte de pescar… Posiblemente cuando ya haya pescado el pez, se ha muerto de hambre…
No estoy segura de conseguir llevaros al planteamiento que pretendo haceros entender… Y no quiero que mis palabras se malinterpreten. Lo cierto es que yo priorizo, y posiblemente una persona sin hogar prefiera una manta, porque se está congelando de frío, a que te acerques y hables con él, que evidentemente también. Tal vez la solución sería darle un pescado, mientras le enseño a pescar…
Madre mía… Posiblemente si que sea una asistencialista en toda regla… Sin embargo, aunque se que no es lo más conveniente, y que posiblemente crea personas dependientes, en la sociedad en que vivimos la independencia, la libertad y la autonomía, son aspectos muy caros que, desgraciadamente, no todo el mundo se puede permitir…
Aulas Hospitalarias Y dROGODEPENDIENTEs [!!!!!!]
A punto de terminar… Añadiendo las exposiciones del día 18 de Mayo, y alguna más, nos encontramos a punto de terminar este blog. Este día expusieron dos grupos, uno sobre la intervención educativa en las aulas hospitalarias y el otro sobre la inserción laboral de drogodependientes. La primera exposición era, sin duda, la más novedosa, ya que hemos tratado el ámbito de la drogodependencia desde el aspecto laboral en varias ocasiones a lo largo de la carrera. Sin embargo, aunque centrándome principalmente en la primera, expondré mi visión de ambas exposiciones.
Sobre las aulas hospitalarias, me ha parecido una exposición muy dinámica y enriquecedora. Sinceramente era un tema del que conocía muy poco, y puede que por ello, además de por la buena exposición de mis compañeras, me haya parecido muy interesante.
Las aulas hospitalarias son espacios educativos dentro de los hospitales dirigidos a los niños que están hospitalizados, con el fin de que no pierdan su trayectoria académica y que, además, puedan tener un lugar en el cual desconectar y pasar un rato agradable. Me parece un recurso muy necesario, ya que permite que niños que no pueden acudir a su escuela sigan estudiando. Además, nuestras compañeras hacían hincapié en la metodología tan individualizada que en ellas los profesionales utilizaban, aspecto muy importante, ya que los niños que acuden a las aulas presentan un grupo realmente heterogéneo.
Las aulas hospitalarias toman un papel tan importante en la vida de los niños ingresados que se convierten en un recurso terriblemente necesario. No sólo hablamos de un ámbito educativo, que evidentemente también, ya que permite que los niños continúen su proceso de aprendizaje, sin ser su ingreso en el hospital un motivo de fracaso escolar, sino también en el ámbito de lo social, de su propia vida. Las aulas hospitalarias pretenden mejorar la calidad de vida de estos niños que presentan numerosos problemas de salud, mejorar su día a día y servir de apoyo tanto a los niños como a las familias, que verán a sus hijos en un entorno feliz y didáctico.
Es muy importante en todo este proceso la motivación del niño, por ello las actividades escolares intentan ser lo más adecuadas posibles a la realidad y necesidades del ingresado. Me pareció muy interesante el video que nos pusieron sobre las aulas hospitalarias, ya que nos mostraba de una manera cercana y real esta situación. Además, el video con las canciones de disney en el cual el grupo nos mostraba el contacto con las aulas fue realmente divertido y motivante.
En definitiva, me gustó mucho la exposición, ya que no fue nada teórica (solo lo preciso), y nos mostró una realidad para mí desconocida, de una forma amena y productiva. Alabo pues la exposición de mis compañeras, y agradezco el conocimiento ofrecido y la existencia de aulas hospitalarias que, a pesar de que necesita mejoras (como todo en esta vida), realiza un papel realmente importante y óptimo en la vida de esos niños.
Con respecto a la segunda exposición, poco tengo que decir. Ya he comentado en varias ocasiones que el tema de la drogodependencia no es un tema que me guste especialmente. Aún así, la exposición nos informó de muchos aspectos sobre la inserción laboral del colectivo y se trataron diversidad de recursos destinados a ellos. Posiblemente la exposición fuese demasiado teórica para mi gusto, pero aún así trató puntos importantes, tales como la legislación. Realmente creo que no existe una verdadera reinserción laboral de drogodependientes, pero al igual que tampoco existe de presos u otros colectivos afines. Esto es debido a los grandes prejuicios que la gente tiene con respecto a este tipo de personas. Creo que sería necesario trabajar la concienciación de la sociedad sobre los estereotipos tan marcados que existen y buenos programas de inserción sociolaboral que recojan no solo al colectivo de drogodependientes, sino a otros muchos colectivos estigmatizados por la sociedad y que necesitan el apoyo y la confianza de la misma.
Sobre las aulas hospitalarias, me ha parecido una exposición muy dinámica y enriquecedora. Sinceramente era un tema del que conocía muy poco, y puede que por ello, además de por la buena exposición de mis compañeras, me haya parecido muy interesante.
Las aulas hospitalarias son espacios educativos dentro de los hospitales dirigidos a los niños que están hospitalizados, con el fin de que no pierdan su trayectoria académica y que, además, puedan tener un lugar en el cual desconectar y pasar un rato agradable. Me parece un recurso muy necesario, ya que permite que niños que no pueden acudir a su escuela sigan estudiando. Además, nuestras compañeras hacían hincapié en la metodología tan individualizada que en ellas los profesionales utilizaban, aspecto muy importante, ya que los niños que acuden a las aulas presentan un grupo realmente heterogéneo.
Las aulas hospitalarias toman un papel tan importante en la vida de los niños ingresados que se convierten en un recurso terriblemente necesario. No sólo hablamos de un ámbito educativo, que evidentemente también, ya que permite que los niños continúen su proceso de aprendizaje, sin ser su ingreso en el hospital un motivo de fracaso escolar, sino también en el ámbito de lo social, de su propia vida. Las aulas hospitalarias pretenden mejorar la calidad de vida de estos niños que presentan numerosos problemas de salud, mejorar su día a día y servir de apoyo tanto a los niños como a las familias, que verán a sus hijos en un entorno feliz y didáctico.
Es muy importante en todo este proceso la motivación del niño, por ello las actividades escolares intentan ser lo más adecuadas posibles a la realidad y necesidades del ingresado. Me pareció muy interesante el video que nos pusieron sobre las aulas hospitalarias, ya que nos mostraba de una manera cercana y real esta situación. Además, el video con las canciones de disney en el cual el grupo nos mostraba el contacto con las aulas fue realmente divertido y motivante.
En definitiva, me gustó mucho la exposición, ya que no fue nada teórica (solo lo preciso), y nos mostró una realidad para mí desconocida, de una forma amena y productiva. Alabo pues la exposición de mis compañeras, y agradezco el conocimiento ofrecido y la existencia de aulas hospitalarias que, a pesar de que necesita mejoras (como todo en esta vida), realiza un papel realmente importante y óptimo en la vida de esos niños.
Con respecto a la segunda exposición, poco tengo que decir. Ya he comentado en varias ocasiones que el tema de la drogodependencia no es un tema que me guste especialmente. Aún así, la exposición nos informó de muchos aspectos sobre la inserción laboral del colectivo y se trataron diversidad de recursos destinados a ellos. Posiblemente la exposición fuese demasiado teórica para mi gusto, pero aún así trató puntos importantes, tales como la legislación. Realmente creo que no existe una verdadera reinserción laboral de drogodependientes, pero al igual que tampoco existe de presos u otros colectivos afines. Esto es debido a los grandes prejuicios que la gente tiene con respecto a este tipo de personas. Creo que sería necesario trabajar la concienciación de la sociedad sobre los estereotipos tan marcados que existen y buenos programas de inserción sociolaboral que recojan no solo al colectivo de drogodependientes, sino a otros muchos colectivos estigmatizados por la sociedad y que necesitan el apoyo y la confianza de la misma.
lunes, 14 de junio de 2010
MujeRES tOXICómanAS EmbarAZADas Y dISCApacidAD [!!!!!]
Continuamos este viaje en el tiempo centrándonos en la exposición, o mejor dicho exposiciones, que tuvieron lugar el día 11 de Mayo. Los grupos protagonistas expusieron dos temas bastante novedosos: el primero fue sobre mujeres embarazadas toxicómanas (ya recordáis lo que me encanta el tema de las toxicomanías por entradas mías anteriores…) y el segundo sobre discapacidad física y sensorial. Debo admitir que tuve que abandonar la clase en la segunda hora, por lo cual no pude presenciar la segunda exposición. Aún así la comentaré brevemente tomando como punto de apoyo la información que me cedieron mis compañeros.
Con respecto a la primera exposición, decir que el tema de las toxicomanías es un tema que hemos tratado a lo largo de todos los años que llevamos cursando esta carrera, pero sin embargo, el tema de las mujeres embarazadas toxicómanas, es un tema mucho más concreto que nunca hemos trabajado. Por ello, me resultó bastante interesante, aunque también debo decir que bastante duro…
A lo largo de la exposición, nos mostraron las diferentes drogas existentes, y llamó mi atención que hicieran especial mención e hincapié en las drogas ilegales, cuando creo que las drogas que pueden hacer daño a un número mayor de mujeres embarazadas son, paradójicamente, las legales. Me resultó extremadamente fuerte los tipos de malformaciones que producen las drogas en los fetos. El grupo nos expuso un video con fotografías realmente duras… Me ponía los pelos de punta. Además de esto, nos contaron que los bebés cuya madre ha consumido durante el embarazo pueden nacer con el síndrome de abstinencia. Esto es algo que había escuchado alguna vez, pero me gustó informarme más detalladamente. Es algo verdaderamente impactante.
La figura del educador social en este tema toma mucha importancia en la prevención. Se necesita informar adecuadamente a las mujeres embarazadas de los peligros que presenta el consumo de drogas, ya sean legales o ilegales, y las consecuencias que estas traerán en sus bebés. Solo a través de la prevención podrá atajarse este grave problema.
El grupo nos expuso la dificultad que había tenido para llegar hasta este colectivo, y por ello había planteado (dada la falta de recursos y la pésima intervención que se hace en la actualidad) un protocolo de actuación fabricado por ellos mismos donde se aprecia cómo actuarían con ellas y los servicios que existiría, todo ello acompañado de un video y un tríptico.
En cuanto a la segunda exposición, por lo que me comentaron mis compañeros, estuvo bastante bien. Mis compañeras estaban bien informadas, ya que al parecer realizaron un curso teórico-práctico sobre el tema, así que supieron exponer los conocimientos de una forma clara y concisa.
Sinceramente el tema de las discapacidades es un tema del que conozco poco, y que nunca ha llamado especialmente mi atención, nunca me he visto trabajando en esta área. Posiblemente porque considero este colectivo como uno de los más complejos y con muchas contrariedades, bajo mi punto de vista.
El grupo expuso la evolución de la discapacidad, la legislación existente, los recursos, etc. Por lo que me contaron fue una exposición bastante completa.
Cuando pienso en discapacidad, pienso en muchas cosas… ¿Son las personas discapacitadas desadaptadas o excluidas sociales? ¿Realmente lo son a causa de la sociedad o en ocasiones debido a sí mismas? Como ya he dicho, nos encontramos ante un colectivo muy complejo. Creo que existe una gran diversidad de recursos para atender a las personas discapacitadas, y además creo que en pocos años ha habido una gran concienciación por parte de la sociedad de las necesidades de este colectivo, y un gran interés por suplir dichas demandas. Hemos avanzado mucho en este campo… Sin embargo, aunque sigue habiendo multitud de personas discapacitadas que encuentran numerosas barreras a la hora de llevar una vida normal. Creo que en este campo el educador social cumple la función de concienciación principalmente. Creo que el problema es que la sociedad no es consciente de las barreras que, inconscientemente a veces, ponemos a este tipo de personas que, además, son un porcentaje bastante notable de la población.
Como ya he comentado, me parece un colectivo muy contradictorio y complejo, y en el cual existe mucho asociacionismo que, en ocasiones, puede ser negativo, ya que ellos mismos se apartan de la sociedad. Pero otras veces es muy positivo, y ayuda a este tipo de personas a sentirse apoyadas y felices consigo mismas. Con esto demuestro la complejidad del asunto, y la necesidad de una concienciación por parte de los educadores sociales y, principalmente, por parte de la sociedad.
Con respecto a la primera exposición, decir que el tema de las toxicomanías es un tema que hemos tratado a lo largo de todos los años que llevamos cursando esta carrera, pero sin embargo, el tema de las mujeres embarazadas toxicómanas, es un tema mucho más concreto que nunca hemos trabajado. Por ello, me resultó bastante interesante, aunque también debo decir que bastante duro…
A lo largo de la exposición, nos mostraron las diferentes drogas existentes, y llamó mi atención que hicieran especial mención e hincapié en las drogas ilegales, cuando creo que las drogas que pueden hacer daño a un número mayor de mujeres embarazadas son, paradójicamente, las legales. Me resultó extremadamente fuerte los tipos de malformaciones que producen las drogas en los fetos. El grupo nos expuso un video con fotografías realmente duras… Me ponía los pelos de punta. Además de esto, nos contaron que los bebés cuya madre ha consumido durante el embarazo pueden nacer con el síndrome de abstinencia. Esto es algo que había escuchado alguna vez, pero me gustó informarme más detalladamente. Es algo verdaderamente impactante.
La figura del educador social en este tema toma mucha importancia en la prevención. Se necesita informar adecuadamente a las mujeres embarazadas de los peligros que presenta el consumo de drogas, ya sean legales o ilegales, y las consecuencias que estas traerán en sus bebés. Solo a través de la prevención podrá atajarse este grave problema.
El grupo nos expuso la dificultad que había tenido para llegar hasta este colectivo, y por ello había planteado (dada la falta de recursos y la pésima intervención que se hace en la actualidad) un protocolo de actuación fabricado por ellos mismos donde se aprecia cómo actuarían con ellas y los servicios que existiría, todo ello acompañado de un video y un tríptico.
En cuanto a la segunda exposición, por lo que me comentaron mis compañeros, estuvo bastante bien. Mis compañeras estaban bien informadas, ya que al parecer realizaron un curso teórico-práctico sobre el tema, así que supieron exponer los conocimientos de una forma clara y concisa.
Sinceramente el tema de las discapacidades es un tema del que conozco poco, y que nunca ha llamado especialmente mi atención, nunca me he visto trabajando en esta área. Posiblemente porque considero este colectivo como uno de los más complejos y con muchas contrariedades, bajo mi punto de vista.
El grupo expuso la evolución de la discapacidad, la legislación existente, los recursos, etc. Por lo que me contaron fue una exposición bastante completa.
Cuando pienso en discapacidad, pienso en muchas cosas… ¿Son las personas discapacitadas desadaptadas o excluidas sociales? ¿Realmente lo son a causa de la sociedad o en ocasiones debido a sí mismas? Como ya he dicho, nos encontramos ante un colectivo muy complejo. Creo que existe una gran diversidad de recursos para atender a las personas discapacitadas, y además creo que en pocos años ha habido una gran concienciación por parte de la sociedad de las necesidades de este colectivo, y un gran interés por suplir dichas demandas. Hemos avanzado mucho en este campo… Sin embargo, aunque sigue habiendo multitud de personas discapacitadas que encuentran numerosas barreras a la hora de llevar una vida normal. Creo que en este campo el educador social cumple la función de concienciación principalmente. Creo que el problema es que la sociedad no es consciente de las barreras que, inconscientemente a veces, ponemos a este tipo de personas que, además, son un porcentaje bastante notable de la población.
Como ya he comentado, me parece un colectivo muy contradictorio y complejo, y en el cual existe mucho asociacionismo que, en ocasiones, puede ser negativo, ya que ellos mismos se apartan de la sociedad. Pero otras veces es muy positivo, y ayuda a este tipo de personas a sentirse apoyadas y felices consigo mismas. Con esto demuestro la complejidad del asunto, y la necesidad de una concienciación por parte de los educadores sociales y, principalmente, por parte de la sociedad.
SeMiNariO: La Utopía de la Libertad
Para continuar con este blog, y con la esperanza de llegar pronto al presente, me dispongo a comentar el seminario del día 5 de Mayo. Ha sido un seminario muy interesante, debido a que la temática que se trataba y la forma de exponerse era muy novedosa. Una chica, Silvia Siria López, nos dio una charla (o mejor una exposición sobre su experiencia) sobre una realidad que a lo alrgo de estos tres años de carrera se nos ha presentado terriblemente oscura: los centros penitenciarios. Digo que se nos ha presentado oscura, porque existe muy poca accesibilidad a este ámbito, por ello que una chica poco mayor que yo, estudiante de mi carrera haya podido acceder a él, me resulta muy interesante.
Silvia nos contó su experiencia en el Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga). Se acercó a este ámbito porque decidió realizar el trabajo que le habían pedido en una de sus asignaturas en este lugar. Y a pesar de que llegó al centro convencida de que no le permitirían el acceso, cual fue su sorpresa cuando sus puertas se presentaron abiertas para ella y su curiosidad. En cuanto a las instalaciones, le resultó muy curiosa la puerta de entrada, que se cerraba dejándote dentro, sin poder salir. Luego llegabas a un pasillo largo y un poco oscuro. El trabajador social que le concedió la entrevista respondió a todas sus preguntas, pero no le habló nada del educador social (para no variar). Por ello, volvió a contactar con la prisión y consiguió hablar por teléfono con un educador. Voy a comentar los aspectos que me parecieron más interesantes de todo lo que nos contó.
Fue curioso conocer que dentro del centro había 2082 internos, y que solo un pequeño porcentaje fuera de mujeres (sólo había 121). El número de trabajadores sociales era de 11, siendo uno de ellos el coordinador, figura que existe desde hace poco tiempo. En cuanto a los educadores sociales, el centro cuenta con 16, teniendo por tanto cada educador a su cargo entre 140 y 150 internos, cuando lo legislado es 50 por persona como mucho. Me llamó muchísimo la atención (y me hirvió la sangre) fue el acceso al puesto de trabajo de educador social. Cual fue mi sorpresa (o no tanta, porque no es algo novedoso desgraciadamente) que para optar al puesto de educador, tienes que realizar un curso de 4 meses en Madrid. No importa que seas historiador, pedagogo o cualquier otra carrera… No te exigen ser educador social diplomado, y poseer por tanto las competencias necesarias para realizar correctamente las funciones. Esto es algo que me llenó de rabia. A mí, y a todos mis compañeros. Fue en este momento en el que se armó en la clase un debate bastante interesante sobre el infravalorado papel del educador social, y el incipiente intrusismo profesional que existe en nuestra carrera. Eso duele…
Aparte de esto, Silvia nos planteó una gran cantidad de problemas que había descubierto en el centro, tales como la falta de espacios para que los educadores y trabajadores pudiesen realizar sus tareas, demasiados internos a su cargo, falta de
motivación por parte de estos últimos, la no existencia de un trabajo con la familia y el entorno del preso…
En definitiva, nos expuso una gran diversidad de problemas que explican muchos conflictos que existen tras la salida del interno del centro, o incluso dentro del mismo. Nos expuso Silvia que la administración no creía en el papel de los educadores, ya que existía un 70% de reincidencia entre los internos. Evidentemente es realmente fácil poder rebatir esta afirmación debido a que el papel de los educadores sociales no está siendo óptimamente cumplido. Esto es debido a que si el profesional que se encarga de realizar las competencias de un educador social, no es realmente un educador social… ¿Cómo se exigen que las cosas funcionen? Me parece muy vergonzoso que personas como nosotros que estamos tres años de nuestra vida preparándonos para cumplir unas funciones, no se nos permita exponer nuestro potencial y mejorar las cosas, siendo otros, menos cualificados y preparados en este tema, los que realicen nuestro trabajo.
Este seminario realmente nos ha abierto los ojos en muchos aspectos, y principalmente nos ha permitido poner un poco de luz en un ámbito que estaba muy oscuro, además de darnos ánimo para reivindicar nuestro espacio y nuestro rol. Me alegro mucho, y agradezco, conocer un poco más a este colectivo que por ser tan cerrado no he tratado jamás. Siempre he pensado que no me disgustaría trabajar en un centro penitenciario, pero luego pensaba en lo que ello conllevaría y lo duro y peligroso que debe ser. Evidentemente, puras hipótesis sin confirmar son mis pensamientos… Sin embargo, gracias a este seminario he logrado conocer un poco más esta realidad y refutar o afirmar hipótesis. Es duro escuchar de la boca de Silvia que la reinserción de un preso es un hecho muy difícil, casi utópico. Siempre he creído en las segundas oportunidades, y afirmo rotundamente que todos merecemos una si luchamos por ella. Por ello, a pesar de esa utopía que se nos presenta y esa dificultad, creo que el papel del educador social es imprescindible, y absolutamente intocable, en el ámbito de las prisiones. Esa utopía, esas segundas oportunidades, deben venir de la mano de los educadores sociales, llevando a este colectivo a ganarse esa reinserción y a volver a vivir en libertad.
Silvia nos contó su experiencia en el Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga). Se acercó a este ámbito porque decidió realizar el trabajo que le habían pedido en una de sus asignaturas en este lugar. Y a pesar de que llegó al centro convencida de que no le permitirían el acceso, cual fue su sorpresa cuando sus puertas se presentaron abiertas para ella y su curiosidad. En cuanto a las instalaciones, le resultó muy curiosa la puerta de entrada, que se cerraba dejándote dentro, sin poder salir. Luego llegabas a un pasillo largo y un poco oscuro. El trabajador social que le concedió la entrevista respondió a todas sus preguntas, pero no le habló nada del educador social (para no variar). Por ello, volvió a contactar con la prisión y consiguió hablar por teléfono con un educador. Voy a comentar los aspectos que me parecieron más interesantes de todo lo que nos contó.
Fue curioso conocer que dentro del centro había 2082 internos, y que solo un pequeño porcentaje fuera de mujeres (sólo había 121). El número de trabajadores sociales era de 11, siendo uno de ellos el coordinador, figura que existe desde hace poco tiempo. En cuanto a los educadores sociales, el centro cuenta con 16, teniendo por tanto cada educador a su cargo entre 140 y 150 internos, cuando lo legislado es 50 por persona como mucho. Me llamó muchísimo la atención (y me hirvió la sangre) fue el acceso al puesto de trabajo de educador social. Cual fue mi sorpresa (o no tanta, porque no es algo novedoso desgraciadamente) que para optar al puesto de educador, tienes que realizar un curso de 4 meses en Madrid. No importa que seas historiador, pedagogo o cualquier otra carrera… No te exigen ser educador social diplomado, y poseer por tanto las competencias necesarias para realizar correctamente las funciones. Esto es algo que me llenó de rabia. A mí, y a todos mis compañeros. Fue en este momento en el que se armó en la clase un debate bastante interesante sobre el infravalorado papel del educador social, y el incipiente intrusismo profesional que existe en nuestra carrera. Eso duele…
Aparte de esto, Silvia nos planteó una gran cantidad de problemas que había descubierto en el centro, tales como la falta de espacios para que los educadores y trabajadores pudiesen realizar sus tareas, demasiados internos a su cargo, falta de
motivación por parte de estos últimos, la no existencia de un trabajo con la familia y el entorno del preso…
En definitiva, nos expuso una gran diversidad de problemas que explican muchos conflictos que existen tras la salida del interno del centro, o incluso dentro del mismo. Nos expuso Silvia que la administración no creía en el papel de los educadores, ya que existía un 70% de reincidencia entre los internos. Evidentemente es realmente fácil poder rebatir esta afirmación debido a que el papel de los educadores sociales no está siendo óptimamente cumplido. Esto es debido a que si el profesional que se encarga de realizar las competencias de un educador social, no es realmente un educador social… ¿Cómo se exigen que las cosas funcionen? Me parece muy vergonzoso que personas como nosotros que estamos tres años de nuestra vida preparándonos para cumplir unas funciones, no se nos permita exponer nuestro potencial y mejorar las cosas, siendo otros, menos cualificados y preparados en este tema, los que realicen nuestro trabajo.
Este seminario realmente nos ha abierto los ojos en muchos aspectos, y principalmente nos ha permitido poner un poco de luz en un ámbito que estaba muy oscuro, además de darnos ánimo para reivindicar nuestro espacio y nuestro rol. Me alegro mucho, y agradezco, conocer un poco más a este colectivo que por ser tan cerrado no he tratado jamás. Siempre he pensado que no me disgustaría trabajar en un centro penitenciario, pero luego pensaba en lo que ello conllevaría y lo duro y peligroso que debe ser. Evidentemente, puras hipótesis sin confirmar son mis pensamientos… Sin embargo, gracias a este seminario he logrado conocer un poco más esta realidad y refutar o afirmar hipótesis. Es duro escuchar de la boca de Silvia que la reinserción de un preso es un hecho muy difícil, casi utópico. Siempre he creído en las segundas oportunidades, y afirmo rotundamente que todos merecemos una si luchamos por ella. Por ello, a pesar de esa utopía que se nos presenta y esa dificultad, creo que el papel del educador social es imprescindible, y absolutamente intocable, en el ámbito de las prisiones. Esa utopía, esas segundas oportunidades, deben venir de la mano de los educadores sociales, llevando a este colectivo a ganarse esa reinserción y a volver a vivir en libertad.
jueves, 10 de junio de 2010
PoBlAcIÓn GiTaNa y aUtIsMo [!!!!]
En la sesión del 4 de mayo se expusieron dos temas muy interesantes, y del que no tenía mucha información. El primer grupo expuso la intervención educativa con la comunidad gitana, mientras que el segundo grupo expuso la intervención educativa con personas con espectro autista.
Pongamos un poco de orden (para variar un poco mi vida y mi blog), y comencemos primero hablando de la primera exposición, para concluir la entrada con la segunda.
A lo largo de la carrera hemos hablado mucho sobre la población gitana. Sin embargo, nunca hemos llegado a profundizar en ella. Lo cierto es que, exceptuando dos o tres colectivos, a lo largo de estos años no hemos profundizado mucho en casi ningún tema… Tengo la sensación (y supongo que mis compañeros la compartirán) de que se mucho sobre todo, pero no se todo sobre mucho. Supongo que es una sensación normal… Volviendo al tema, y como os decía, el colectivo gitano ha estado en boca de todos a lo largo de toda la carrera, sobre todo cuando el tema era marginación o exclusión social. No es novedoso que esta importante parte de la población (me sorprendió que representase un 3% de la población total de Sevilla), vive en un estado de desadaptación total. Y esto, como se comentó en clase, es debido principalmente al desconocimiento de su cultura. No sabemos como intervenir con este colectivo porque existe un gran desconocimiento sobre él. Un desconocimiento que ha llevado a fortalecer una gran cantidad de estereotipos muy marcados en nuestra sociedad.
El grupo que trabajó este tema, nos expuso sus experiencias y vivencias a la hora de llevarlo a cabo. Se aprende mucho de la experiencia propia, pero también se hace a través de la experiencia de los demás. Abrieron la exposición explicándonos el significado de la bandera gitana (yo ni siquiera conocía la existencia de tal bandera). Explico aquí su significado porque me ha resultado muy curioso: el azul significa el cielo, lo verde lo terrenal, el suelo, y la rueda roja del centro hace referencia a lo nómada. Es un colectivo en movimiento y repartido por todos los lugares. He aquí la bandera.
Tras esto, nos estuvieron explicando un poco las características de este colectivo, sumergiéndonos en su cultura, haciendo referencia a sus costumbres, muy importantes a tener en cuenta para apreciar y trabajar con estas personas. Muchas de ellas las conocía, otros datos me eran novedosos. Se podía percibir en algunos aspectos que nos encontramos ante un colectivo muy arraigado a costumbres antiguas. Esto se puede apreciar en el papel de la mujer, infravalorado en muchas ocasiones.
Puede que por ser un colectivo con unas costumbres tan diferentes a las nuestras, e incluso bajo nuestra perspectiva tan atrasado y arcaico, no llegamos a comprender su cultura, su forma de vida, y he aquí donde comienza la marginación. Es un grupo minoritario, y pretendemos que adopten nuestra forma de hacer las cosas, sin respetar sus costumbres y ritos. No soy una relativista cultural en todo su esplendor (hay posiciones, formas de ver las cosas e incluso costumbres que no respeto, porque no respetan los derechos fundamentales), pero sí es cierto que intento ser tolerante con todo aquello que es diferente a mí, aunque no llegue a comprenderlo totalmente. Esto es muy importante a la hora de intervenir con grupos de cultura distintas a las nuestras.
Ha sido grato escuchar por fin de la existencia del educador social en este ámbito (por fin aparecemos en alguna exposición). Y además, creo que puede que en la integración de este colectivo el educador social sea la figura y el profesional más importante que puede haber. Se necesita acabar con la ignorancia y el desconocimiento sobre la población gitana, se necesita educar a la sociedad sobre la cultura de esta, intentando que la aprecien y la consideren como enriquecedora para nosotros. Es primordial acabar con los estereotipos que, como ya dije en otra ocasión, son puñales afilados que hacen daño y llevan a las personas a la marginación. Los prejuicios son el enemigo de la integración. Un prejuicio aparece del desconocimiento, el prejuicio lleva al estereotipo, y el estereotipo a la desadaptación y la exclusión. Tememos lo que desconocemos… Por ello, es importante antes de juzgar, conocer. Una vez que las cosas se conocen, por mucho que no nos gusten, o que no estemos de acuerdo, ya no nos da miedo, y es posible aceptarlo.
La segunda exposición, como ya he comentado, trataba sobre el autismo y la intervención educativa con personas que lo padecen. Sobre el autismo conocía muy poco, y es un colectivo realmente encubierto, poco conocido y sobre el que es difícil adquirir información. La primera vez que he tratado algo sobre autismo fue este año, curiosamente en esta asignatura, que nos pusieron en clase un video muy interesante y tuvimos que realizar un trabajo posteriormente. Ese video me encantó, porque me ayudó a adentrarme más en un colectivo no ya desconocido, sino un colectivo totalmente invisible para la sociedad.
La exposición comenzó con una lluvia de ideas entre todos, para intentar aunar toda la información que poseyésemos. Lo cierto es que los componentes del grupo estaban muy bien documentados, y en todo momento contestaban a las preguntas de una manera muy convincente, e incluso supieron defenderse en alguna ocasión de algún ataque con mucha diplomacia y profesionalidad. Además de esto, me gustó esa forma de lanzar la información, a través de un "pasapalabra" relacionado con el tema a tratar, y que hacía que todos pudiésemos participar.
Me ha resultado muy satisfactorio el conocer más sobre este colectivo. Por estar bastante relacionado con el tema de mi grupo (Salud Mental) había muchos aspectos que creo he logrado comprender mejor, y como todo lo relacionado con la Salud Mental, la intervención es realmente compleja. Esto es debido a que es un grupo muy heterogéneo, necesitado de una atención individualizada y especial, principalmente cuando hablamos de educación. Y he aquí la raíz del problema… ¿Existen los recursos necesarios para atender a personas con esta problemática? Obviamente no, y no solo por lo que el grupo pueda exponer, sino también porque mi propio grupo ha detectado una gran carencia de profesionales y recursos cuando se trata de problemas relacionados con la Salud Mental.
Esto puede ser debido a la dificultad de intervenir, como ya hemos comentado, con estas personas. Es difícil conocer la raíz del autismo, y por ello es complicado conocer las consecuencias. Esto por una parte… Por otra, la realidad es que en nuestra sociedad se le da un valor más pesado a la salud a un nivel muy físico, sin tener en cuenta aspectos psicológicos, sociales… Posees salud si físicamente estás bien. Es una definición muy orgánica de salud, pero es la que predomina en nuestra comunidad. Por ello, cuando nos encontramos con la Salud Mental, con personas autistas o anoréxicas (por relacionarlo con mi tema de grupo), no existen los recursos para trabajar e intervenir adecuadamente. Ni siquiera se contempla una legislación adecuada y específica. Si a todo esto, se le suma el desconocimiento que existe en la sociedad sobre el colectivo, la invisibilización que sufren este tipo de personas, resulta muy difícil la integración de autistas en la sociedad. Ni la sociedad sabe como tratarlos, como ayudarlos, ni ellos saben como tratarnos, como integrarse y ayudarnos a nosotros. Porque tienen mucho que aportar, mucho que dar y recibir, pero no existe el contexto adecuado para que esta situación se produzca.
Tras esto, y como suma a todo lo dicho, hay que tener en cuenta esa heterogeneidad de la que antes he hablado. Una atención individualizada, y una educación muy personalizada. Los educadores sociales poseemos un papel muy importante en las intervenciones con este colectivo, teniendo el rol de concienciadores de la sociedad y educadores de las personas autistas, aunando sociedad y el colectivo tratado, acabando de esta manera con una desadaptación y una marginación que muchas personas autistas sufren en silencio, dentro de otra especie de mundo alternativo donde se encuentran, desgraciadamente, mucho más integrados…
Pongamos un poco de orden (para variar un poco mi vida y mi blog), y comencemos primero hablando de la primera exposición, para concluir la entrada con la segunda.
A lo largo de la carrera hemos hablado mucho sobre la población gitana. Sin embargo, nunca hemos llegado a profundizar en ella. Lo cierto es que, exceptuando dos o tres colectivos, a lo largo de estos años no hemos profundizado mucho en casi ningún tema… Tengo la sensación (y supongo que mis compañeros la compartirán) de que se mucho sobre todo, pero no se todo sobre mucho. Supongo que es una sensación normal… Volviendo al tema, y como os decía, el colectivo gitano ha estado en boca de todos a lo largo de toda la carrera, sobre todo cuando el tema era marginación o exclusión social. No es novedoso que esta importante parte de la población (me sorprendió que representase un 3% de la población total de Sevilla), vive en un estado de desadaptación total. Y esto, como se comentó en clase, es debido principalmente al desconocimiento de su cultura. No sabemos como intervenir con este colectivo porque existe un gran desconocimiento sobre él. Un desconocimiento que ha llevado a fortalecer una gran cantidad de estereotipos muy marcados en nuestra sociedad.
El grupo que trabajó este tema, nos expuso sus experiencias y vivencias a la hora de llevarlo a cabo. Se aprende mucho de la experiencia propia, pero también se hace a través de la experiencia de los demás. Abrieron la exposición explicándonos el significado de la bandera gitana (yo ni siquiera conocía la existencia de tal bandera). Explico aquí su significado porque me ha resultado muy curioso: el azul significa el cielo, lo verde lo terrenal, el suelo, y la rueda roja del centro hace referencia a lo nómada. Es un colectivo en movimiento y repartido por todos los lugares. He aquí la bandera.
Tras esto, nos estuvieron explicando un poco las características de este colectivo, sumergiéndonos en su cultura, haciendo referencia a sus costumbres, muy importantes a tener en cuenta para apreciar y trabajar con estas personas. Muchas de ellas las conocía, otros datos me eran novedosos. Se podía percibir en algunos aspectos que nos encontramos ante un colectivo muy arraigado a costumbres antiguas. Esto se puede apreciar en el papel de la mujer, infravalorado en muchas ocasiones.
Puede que por ser un colectivo con unas costumbres tan diferentes a las nuestras, e incluso bajo nuestra perspectiva tan atrasado y arcaico, no llegamos a comprender su cultura, su forma de vida, y he aquí donde comienza la marginación. Es un grupo minoritario, y pretendemos que adopten nuestra forma de hacer las cosas, sin respetar sus costumbres y ritos. No soy una relativista cultural en todo su esplendor (hay posiciones, formas de ver las cosas e incluso costumbres que no respeto, porque no respetan los derechos fundamentales), pero sí es cierto que intento ser tolerante con todo aquello que es diferente a mí, aunque no llegue a comprenderlo totalmente. Esto es muy importante a la hora de intervenir con grupos de cultura distintas a las nuestras.
Ha sido grato escuchar por fin de la existencia del educador social en este ámbito (por fin aparecemos en alguna exposición). Y además, creo que puede que en la integración de este colectivo el educador social sea la figura y el profesional más importante que puede haber. Se necesita acabar con la ignorancia y el desconocimiento sobre la población gitana, se necesita educar a la sociedad sobre la cultura de esta, intentando que la aprecien y la consideren como enriquecedora para nosotros. Es primordial acabar con los estereotipos que, como ya dije en otra ocasión, son puñales afilados que hacen daño y llevan a las personas a la marginación. Los prejuicios son el enemigo de la integración. Un prejuicio aparece del desconocimiento, el prejuicio lleva al estereotipo, y el estereotipo a la desadaptación y la exclusión. Tememos lo que desconocemos… Por ello, es importante antes de juzgar, conocer. Una vez que las cosas se conocen, por mucho que no nos gusten, o que no estemos de acuerdo, ya no nos da miedo, y es posible aceptarlo.
La segunda exposición, como ya he comentado, trataba sobre el autismo y la intervención educativa con personas que lo padecen. Sobre el autismo conocía muy poco, y es un colectivo realmente encubierto, poco conocido y sobre el que es difícil adquirir información. La primera vez que he tratado algo sobre autismo fue este año, curiosamente en esta asignatura, que nos pusieron en clase un video muy interesante y tuvimos que realizar un trabajo posteriormente. Ese video me encantó, porque me ayudó a adentrarme más en un colectivo no ya desconocido, sino un colectivo totalmente invisible para la sociedad.
La exposición comenzó con una lluvia de ideas entre todos, para intentar aunar toda la información que poseyésemos. Lo cierto es que los componentes del grupo estaban muy bien documentados, y en todo momento contestaban a las preguntas de una manera muy convincente, e incluso supieron defenderse en alguna ocasión de algún ataque con mucha diplomacia y profesionalidad. Además de esto, me gustó esa forma de lanzar la información, a través de un "pasapalabra" relacionado con el tema a tratar, y que hacía que todos pudiésemos participar.
Me ha resultado muy satisfactorio el conocer más sobre este colectivo. Por estar bastante relacionado con el tema de mi grupo (Salud Mental) había muchos aspectos que creo he logrado comprender mejor, y como todo lo relacionado con la Salud Mental, la intervención es realmente compleja. Esto es debido a que es un grupo muy heterogéneo, necesitado de una atención individualizada y especial, principalmente cuando hablamos de educación. Y he aquí la raíz del problema… ¿Existen los recursos necesarios para atender a personas con esta problemática? Obviamente no, y no solo por lo que el grupo pueda exponer, sino también porque mi propio grupo ha detectado una gran carencia de profesionales y recursos cuando se trata de problemas relacionados con la Salud Mental.
Esto puede ser debido a la dificultad de intervenir, como ya hemos comentado, con estas personas. Es difícil conocer la raíz del autismo, y por ello es complicado conocer las consecuencias. Esto por una parte… Por otra, la realidad es que en nuestra sociedad se le da un valor más pesado a la salud a un nivel muy físico, sin tener en cuenta aspectos psicológicos, sociales… Posees salud si físicamente estás bien. Es una definición muy orgánica de salud, pero es la que predomina en nuestra comunidad. Por ello, cuando nos encontramos con la Salud Mental, con personas autistas o anoréxicas (por relacionarlo con mi tema de grupo), no existen los recursos para trabajar e intervenir adecuadamente. Ni siquiera se contempla una legislación adecuada y específica. Si a todo esto, se le suma el desconocimiento que existe en la sociedad sobre el colectivo, la invisibilización que sufren este tipo de personas, resulta muy difícil la integración de autistas en la sociedad. Ni la sociedad sabe como tratarlos, como ayudarlos, ni ellos saben como tratarnos, como integrarse y ayudarnos a nosotros. Porque tienen mucho que aportar, mucho que dar y recibir, pero no existe el contexto adecuado para que esta situación se produzca.
Tras esto, y como suma a todo lo dicho, hay que tener en cuenta esa heterogeneidad de la que antes he hablado. Una atención individualizada, y una educación muy personalizada. Los educadores sociales poseemos un papel muy importante en las intervenciones con este colectivo, teniendo el rol de concienciadores de la sociedad y educadores de las personas autistas, aunando sociedad y el colectivo tratado, acabando de esta manera con una desadaptación y una marginación que muchas personas autistas sufren en silencio, dentro de otra especie de mundo alternativo donde se encuentran, desgraciadamente, mucho más integrados…
miércoles, 9 de junio de 2010
SíNdRoMe dE DoWn [!!!]
Volviendo al pasado (para no variar, y como castigo por mi inconstancia a lo largo del curso), tras la semana de vacaciones por la Feria de Abril, el grupo que exponía trabajó el tema de la inserción sociolaboral en personas con Síndrome de Down.
Sinceramente no conozco este colectivo casi nada. No tengo ninguna experiencia previa con él, ni siquiera a un nivel más teórico. Por ello, por ser un colectivo tan desconocido para mí en todos los aspectos, he valorado mucho esta exposición.
En primer lugar, mis compañeros nos pusieron un video de introducción, en el cual gente de la calle opinaba sobre qué era el Síndrome de Down. Las respuestas de muchos entrevistados podían ser sin ningún problema mías, ya que en este tema soy bastante ignorante. Tras esto, mis compañeros realizaron una introducción teórica, en la cual aprendí mucho sobre este síndrome.
Primeramente, llamó mucho mi atención que las personas que lo padecen no tienen ninguna enfermedad. Era tan ignorante que consideraba el Síndrome de Down como una enfermedad, o lo asociaba con otras enfermedades físicas o psicológicas. Nada más lejano a la realidad… Las personas que lo padecen no tienen porque tener mejor o peor salud que otras personas que no lo padezcan. Es puramente genético… Con esto demuestro que realmente andaba muy perdida en este tema.
Antes de terminar la exposición, hubo la visita de dos personas que padecían Síndrome de Down y otras dos con otro tipo de retraso mental distinto. Como he dicho en otras ocasiones, se agradece mucho un contacto directo con casos reales. Es la mejor forma, en mi opinión, de aprender.
Como ya he comentado, poco era el conocimiento que poseía sobre el Síndrome de Down, y sinceramente, después de la exposición, aún sigo sintiendo que no conozco ni una milésima parte de la complejidad de este colectivo. La única experiencia que he tenido a lo largo de mi vida ha sido conocer la opinión de mi prima (una chica de 20 años que cuidaba a un niño con Síndrome de Down), que posiblemente no fue muy positiva. Recuerdo que yo tendría unos diez años, y mi prima llegaba a su casa muy agobiada diciendo que no podía con el niño que tenía que tratar, que hacía intentos de pegarle, le tiraba las cosas, no le hacía caso en nada… En fin, que posiblemente este altercado en mi vida (o más bien en la de mi prima), hizo que me creara muchos estereotipos sobre estas personas. La experiencia de mi prima fue tan mala, que recuerdo que años más tarde tuvo que realizarse una prueba al poco tiempo de embarazo para saber si la niña llegaba con Síndrome de Down, y cuando sacó el tema, me afirmó sin tapujos que si la prueba salía positiva, abortaría inmediatamente… Recuerdo que un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Una persona nunca se plantea que tal vez uno de sus hijos pueda llegar al mundo con una malformación, una enfermedad o algún síndrome. No es algo que nos planteemos. Pero lo que sí tengo muy claro es que defiendo la vida por encima de cualquier cosa, y los motivos por los cuales mi prima hubiese abortado (finalmente la prueba salió negativa, y ahora tengo una primita más en la familia) no son justificables para mí. Cuando le pregunté por qué abortaría, me contestó: “las personas con Síndrome de Down lo pasan muy mal, y yo no estoy preparada para hacer frente a algo así”. He aquí los estereotipos saliendo a flote como cuchillos afilados. Como cuchillos afilados que hacen daño…
Esta fue, y ha sido, la única experiencia en mi vida y la única vez que he tenido que plantearme este tema. Creo que teniendo en cuenta esto, mi propia experiencia y lo que percibo a mi alrededor, sería necesario educar a la sociedad sobre la existencia de este tipo de personas, sobre esta realidad tan escondida (y a la vez numerosa, gran contradicción) que vive inmersa entre nosotros.
Dependencia, infelicidad, enfermedades… palabras asociadas a este colectivo. Fuerza de voluntad, coraje, ganas e ilusión, palabras que deberían asociarse en lugar de las anteriores… Respeto, aceptación e integración… metas a conseguir por una sociedad clasista en todos los aspectos posibles de la vida, metas a conseguir por cada uno de nosotros, y especialmente por (como no, barro para mi terreno) los educadores sociales.
Vuelvo a agradecer una exposición de esta temática que todavía se me plantea muy desconocida, pero que gracias a mis compañeros, he logrado esclarecer un poco y ser consciente de lo mucho que queda por hacer y por conocer.
Sinceramente no conozco este colectivo casi nada. No tengo ninguna experiencia previa con él, ni siquiera a un nivel más teórico. Por ello, por ser un colectivo tan desconocido para mí en todos los aspectos, he valorado mucho esta exposición.
En primer lugar, mis compañeros nos pusieron un video de introducción, en el cual gente de la calle opinaba sobre qué era el Síndrome de Down. Las respuestas de muchos entrevistados podían ser sin ningún problema mías, ya que en este tema soy bastante ignorante. Tras esto, mis compañeros realizaron una introducción teórica, en la cual aprendí mucho sobre este síndrome.
Primeramente, llamó mucho mi atención que las personas que lo padecen no tienen ninguna enfermedad. Era tan ignorante que consideraba el Síndrome de Down como una enfermedad, o lo asociaba con otras enfermedades físicas o psicológicas. Nada más lejano a la realidad… Las personas que lo padecen no tienen porque tener mejor o peor salud que otras personas que no lo padezcan. Es puramente genético… Con esto demuestro que realmente andaba muy perdida en este tema.
Antes de terminar la exposición, hubo la visita de dos personas que padecían Síndrome de Down y otras dos con otro tipo de retraso mental distinto. Como he dicho en otras ocasiones, se agradece mucho un contacto directo con casos reales. Es la mejor forma, en mi opinión, de aprender.
Como ya he comentado, poco era el conocimiento que poseía sobre el Síndrome de Down, y sinceramente, después de la exposición, aún sigo sintiendo que no conozco ni una milésima parte de la complejidad de este colectivo. La única experiencia que he tenido a lo largo de mi vida ha sido conocer la opinión de mi prima (una chica de 20 años que cuidaba a un niño con Síndrome de Down), que posiblemente no fue muy positiva. Recuerdo que yo tendría unos diez años, y mi prima llegaba a su casa muy agobiada diciendo que no podía con el niño que tenía que tratar, que hacía intentos de pegarle, le tiraba las cosas, no le hacía caso en nada… En fin, que posiblemente este altercado en mi vida (o más bien en la de mi prima), hizo que me creara muchos estereotipos sobre estas personas. La experiencia de mi prima fue tan mala, que recuerdo que años más tarde tuvo que realizarse una prueba al poco tiempo de embarazo para saber si la niña llegaba con Síndrome de Down, y cuando sacó el tema, me afirmó sin tapujos que si la prueba salía positiva, abortaría inmediatamente… Recuerdo que un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Una persona nunca se plantea que tal vez uno de sus hijos pueda llegar al mundo con una malformación, una enfermedad o algún síndrome. No es algo que nos planteemos. Pero lo que sí tengo muy claro es que defiendo la vida por encima de cualquier cosa, y los motivos por los cuales mi prima hubiese abortado (finalmente la prueba salió negativa, y ahora tengo una primita más en la familia) no son justificables para mí. Cuando le pregunté por qué abortaría, me contestó: “las personas con Síndrome de Down lo pasan muy mal, y yo no estoy preparada para hacer frente a algo así”. He aquí los estereotipos saliendo a flote como cuchillos afilados. Como cuchillos afilados que hacen daño…
Esta fue, y ha sido, la única experiencia en mi vida y la única vez que he tenido que plantearme este tema. Creo que teniendo en cuenta esto, mi propia experiencia y lo que percibo a mi alrededor, sería necesario educar a la sociedad sobre la existencia de este tipo de personas, sobre esta realidad tan escondida (y a la vez numerosa, gran contradicción) que vive inmersa entre nosotros.
Dependencia, infelicidad, enfermedades… palabras asociadas a este colectivo. Fuerza de voluntad, coraje, ganas e ilusión, palabras que deberían asociarse en lugar de las anteriores… Respeto, aceptación e integración… metas a conseguir por una sociedad clasista en todos los aspectos posibles de la vida, metas a conseguir por cada uno de nosotros, y especialmente por (como no, barro para mi terreno) los educadores sociales.
Vuelvo a agradecer una exposición de esta temática que todavía se me plantea muy desconocida, pero que gracias a mis compañeros, he logrado esclarecer un poco y ser consciente de lo mucho que queda por hacer y por conocer.
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